Y....sigo jugando con muñeca. Gracias a ellas, nunca necesité un amigo invisible en edad de inventar. Fueron las muñecas las que siempre me han acompañado, antes de plástico, ahora, de porcelana. Colecciono de casi todo, ya lo iréis viendo, pero las muñecas me hacen rejuvenecer. Disfruto como una niña buscando,hurgando entre los montones de trastos viejos en el rastro, en tiendas de aparente abandono, en almacenes que de por casualidad encuentro cuando me pierdo entre polígonos por si de casualidad encuentro una joya que nadie sabe ver.
Una vez en mi poder, las mimo como si de carne y hueso se trataran: Les quito las prendas mugrientas que suelen llevar, las lavo, las desmonto si no están bien armadas, las peino, las vuelvo a maquillar y retocar si lo precisan y luego llega la parte que más me satisface: Las visto.
Diseño prendas nuevas, con tejidos reservados en mi baúl de los tesoros, y les confiero una estética nueva: romántica, clásica, contemporánea, o de diseños atrevidos para darles una imagen rompedora.
Esta afición mía, ha pasado al plano profesional, y ya se me empiezan a acumular los encargos, bien de amigos/as que conocen mi hobi, o de clientes que de algún modo se han enterado por un simple bis a bis. No me importa, todo lo contrario, me satisface enormemente vivir de lo que me gusta. Si ellos tienen paciencia, yo saco el tiempo cuando puedo.
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